Esto se debe al al síndrome de la canción pegadiza (earmworm o "gusano del oído" en inglés), que implica que al escuchar ciertas melodías estas suenan una y otra vez en la cabeza de manera incontrolada. De acuerdo con James Kellaris, de la Universidad de Cincinnati (EE UU), el efecto es mayor si la canción es la primera que escuchas al levantarte, o lo último que oíste por la noche antes de dormir.
En ambos casos la tonadilla se queda "adherida" al córtex auditivo del cerebro, encargado de procesar los sonidos. Y la necesidad de tararear esas canciones funciona como una especie de "picor mental", según Kellaris, que solo se alivia repitiendo una y otra vez la melodía o cantándola, otros dicen que se puede cantar frente a alguien mas, amigo o cualquier persona, de esta manera se te pasara a ti y se le pegara a la otra persona. El efecto puede durar horas o días.
En ambos casos la tonadilla se queda "adherida" al córtex auditivo del cerebro, encargado de procesar los sonidos. Y la necesidad de tararear esas canciones funciona como una especie de "picor mental", según Kellaris, que solo se alivia repitiendo una y otra vez la melodía o cantándola, otros dicen que se puede cantar frente a alguien mas, amigo o cualquier persona, de esta manera se te pasara a ti y se le pegara a la otra persona. El efecto puede durar horas o días.
Otra explicación es que el cerebro lo hace ya que es la manera de atraparte en un estado de cierto animo que no quiere que se te quite.
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